Telekomunismo

Dmytri Kleiner es un especialista en tecnologías del procomún inmaterial y del software libre, que se describe a sí mismo como “un polemista, un comunista de riesgo, y un creador de tecnologías de descomunicación”. También ha sido el redactor del Manifiesto Telekomunista, un texto que posee interés y resulta muy útil para entender el papel de las tecnologías de la comunicación en la creación de una sociedad libertaria de iguales. Por ello os recomiendo su lectura.

Creo que la tesis que ronda el manifiesto consiste en criticar la creencia que puedan tener algunas personas sobre el hecho de que la sola presencia de una red como internet y de un procomún inmaterial que se difunde libremente por la red, ayudaría a crear una sociedad más igualitaria, o como algunos estarían tentados de defender, que ello acabará dinamitando inexorablemente las bases del sistema capitalista. Kleiner afirma, en cambio, que

La comunitarización de la propiedad inmaterial por sí sola no puede cambiar la distribución de activos productivos materiales y por lo tanto no puede eliminar la explotación; sólo la auto-organización de la producción hecha por los trabajadores puede hacerlo.

El libro analiza con claridad la evolución-involución de la red, de la burbuja WEB 2.0, del software libre, de la cultura libre y de las licencias copyleft, creative commons, copyriot o GPL. Y frente al sistema cliente-servidor que define la evolución centralizadora de internet defiende la creación de un comunismo p2p o entre pares, en el que no sólo lo inmaterial, sino también el capital material se encuentren a libre disposición de los productores.

Funda esta conclusión en el análisis clásico de la renta como usurpación y como ineficiencia, que ya realizaron los economistas clásicos y sobre el que se basó también la crítica  izquierda al capitalismo. El manifiesto defiende que la eliminación de las rentas sobre el procomún inmaterial no eliminaría por sí sola el poder del capitalista para continuar extrayendo rentas del trabajo, porque

Para poder cambiar la sociedad debemos expandir activamente el alcance de nuestros comunes, para que nuestras comunidades independientes de pares puedan sostenerse materialmente y resistir los avances del capitalismo. Cualquier porción de productividad que permitamos que nos saquen retornará en la forma de nuestra propia opresión (…) Mientras la producción basada en los comunes se aplique exclusivamente a los comunes informacionales y el modo de producción capitalista siga dominando la producción de la riqueza material, los dueños de la propiedad material continuarán capturando la riqueza marginal creada como resultado de la productividad de esos comunes informacionales.

El autor se hace la misma pregunta que nos hacemos todos aquellos que pretendemos crear procumún: ¿cómo conseguir subsistir, cómo retribuir justamente al trabajador del procomún, cómo poder utilizar bienes materiales en la producción de un inmaterial que va a distribuirse gratuitamente?

Si la producción de pares sólo puede producir bienes inmateriales como el software y si los productores no obtienen nada a cambio por esa producción, entonces esa forma de “producción” no puede llamarse modo de producción en lo absoluto. En primer término, cualquier modo de producción debe dar cuenta de sus insumos materiales o se desvanecerá. Estos insumos deben incluir los costos de subsistencia de quienes contribuyeron con su trabajo, para, como mínimo, “permitir a los trabajadores, uno con otro, subsistir y perpetuar su raza”, según palabras de Ricardo.

Las soluciones o respuestas pueden ser variadas, pero la de Kleiner pasa por defender una comunidad de pares que pueda auto-organizarse sin necesitar la mediación ni de burocracias, ni de entes administrativos.

Así, la coordinación se limita a la asignación del común entre quienes deseen emplearlo. No es sorprendente que este tipo de producción haya aparecido y se haya desarrollado donde el patrimonio común es propiedad inmaterial, como el software libre, ya que los bajos costos de reproducción eliminan el problema de la asignación. Por lo tanto, lo que se necesita para que la producción de pares pueda incorporar bienes materiales a su patrimonio común es un sistema de asignación de activos materiales entre pares independientes, que imponga solamente una mínima carga de coordinación. El comunismo de riesgo es esta forma.

El texto incluye una recreación de la parte propositiva del Manifiesto Comunista de Marx y de Engels, en el que se han sustituido una serie de términos y conceptos, para acabar por redactar un manifiesto alternativo adaptado a los cambios tecnológicos y que incide en la parte más anarquista del manifiesto original y que tacha sus partes más centralizadoras y estatistas.

Finalmente, el texto propone la licencia copyfarleft, como una herramienta útil para que las comunidades auto-organizadas de trabajadores puedan luchar efectivamente contra la extracción de rentas del capital sobre el procomún.

En otras palabras, debe ser posible para los trabajadores obtener una remuneración aplicando su trabajo a la propiedad mutua, pero imposible para los propietarios de la propiedad privada obtener ganancias del trabajo asalariado.

Un manifiesto que no debería pasar desapercibido y que ofrece buen material para la reflexión, el debate y la acción.

2 comentarios sobre “Telekomunismo

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  1. Hace mucho ya que circula el texto de Kleiner, consiguió bastante eco en el anglomundo además. Y seguramente más por su error (o al menos el más garrafal) que por sus aciertos: desuniversalizar el comunal digital y poner en el centro el «¿cómo cobro?» sin asumir la más mínima autocrítica. A saber: si hay una parte de la producción que se está desmercantilizando, disfrutémosla y ampliemosla, es de sentido común. ¿Y cómo pago un ordenador nuevo que no es comunal digital? Produciendo en el mercado. Si te da pereza al menos no me saques una licencia más que no vale de nada (nadie te va a pagar, lo siento) y rompe el comunal en trozos.

    A Kleiner le falta la central que es justo la que intentaba desarrollar en el post del otro día: «Producir en común es el punto de partida»… y fíjate si será el punto de partida que creo que Dmitry se atasca ideologizando mezquindades pura y simplemente porque no tiene ni contempla tener comunidad.

    Siempre se pueden aprender cosas interesantes de los postmarxistas, sea Mason o sea Kleiner, pero si su propia vida -en un caso como director de sección en el periódico progreburgués más complaciente del mundo y en otro como artista/conferencista que pretende vivir de sus «followers» y no se ocurre cómo- es la que da forma al discurso, creo que el vuelo se les va a quedar corto siempre. Y acabarán proponiendo «recercados» como hace Kleimer. Valiente comunista!!

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    1. Por cierto que intentamos discutir con él pero no hubo manera. No falla, cuando debajo del argumento no hay una voluntad transformadora real, no hay un «hacerse cargo» con y de otros, más temprano que tarde aparece la soberbia imperial. Supongo que alimentada tb porque el Correo tenga los mismos o más lectores que los blogs anglos sobre p2p y economía alternativa en inglés.

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