Fuimos ayer al concierto que la banda galega, neodadaísta y «toca-pelotas» ofreció en la sala Penélope de Madrid. Gracias a las sorpresa-invitación que tres amigos, cuyos cumpleaños se hayan perfectamente sincronizados, puntualmente nos regalan un día señalado del mes de mayo en el que todos nos concentramos en una cervecería para a continuación asistir a no sabemos qué esperpéntico espectáculo. En esta ocasión, Siniestro total, un grupo que muchos creían ya desaparecido, pero que desde aquel fatídico accidente de coche que los reconcilió con el destino, no dejan de resucitar y de recordarnos el absurdo y descompuesto mundo que sus canciones nos descubren con tono hilarante, festivo y a veces macabro.
Me divertí muchísimo, salté, no escupí sobre vuestra tumba aunque sí bailé al ritmo de una música bien tocada y ya no demasiado bien cantada, cosa que a casi nadie nos importó porque la mayor parte de las letras ya nos las sabíamos.
Puedes llevarme al Irán
y presentarme al Imán
pasearme por Teherán
y mandarme al frente de Iraq
puedes colgarme de los pies
y fusilarme también
cortarme las manos sin piedad
y llevarte a mi chica ye-yéAyatollah, no me toques la pirola
Ayatollah, no me toques la pirola
Ayatollah, no me toques la pirola más…
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