LA SEVERIDAD DE LA JUSTICIA
PROTEGE A LAS PERSONAS HONESTAS
¿Imaginan este rótulo esculpido en el dintel de la entrada a los tribunales de justicia de este país?
Lo encuentré en esa rara avis que es el El Golem de Gustav Meyrink. Cuando Athanasius Pernath entra, a través del frontón de la prisión donde se hayan impresas estas palabras, el lector aprecia su ironía, ya que el único honesto en ese bochornoso proceso judicial será la propia víctima a la que encarcelan.
El derecho a la vivienda sólo en casos de extrema necesidad.
¡Farsantes!
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