El sábado se celebró el duatlón cross de Alpedrete, y aproveché para saludar a un montón de amigos con los que solía competir hace unos años. Me acerqué a Cerceda con la bicicleta de montaña y desde allí subí con los Vila hasta el cerro del Telégrafo, un lugar de espléndidas vistas y cuya situación estratégica hizo que allí se construyera a mediados del siglo XIX una torre de repetición de telegrafía óptica, de la que queda el edificio.
La competición resultó muy reñida. Yo animé sobre todo a Issame, un chico jovencísimo con el que suelo salir en bici y que corre y pedalea como una auténtica máquina. Logró el tercer puesto absoluto gracias al sprint final.
Y hoy hemos salido por los caminos de La Jarosa, destrozados por la lluvias recientes, llenos de piedras sueltas, cárcavas y arenas movedizas.
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