
Al acordeón se le identifica con la música popular, con las canciones de taberna o con celebraciones familiares y festivas. Pero el acordeón también se le utiliza como instrumento solista o acompañante de cada vez mayor número de piezas contemporáneas. El acordeonista irundarra Iñaki Alberdi nos ofreció ayer un monográfico de obras del compositor Jesús Torres, artista de producción extensa y variada, premio nacional de composición y cuyas obras se interpretan con nada desdeñable frecuencia. Son obras de elevada dificultad técnica, donde la tímbrica cumple un papel muy importante, en este caso explorando las posibilidades del acordeón en sus combinaciones con un ensemble de perfil contemporáneo: clarinete bajo, piano, flauta, violonchelo y violín.
El concierto tuvo su colofón al día siguiente, en la Universidad Complutense de Madrid, donde compositor y solista nos ofrecieron un diálogo aleccionador, sincero y apasionado de las relaciones técnicas y artísticas entre el creador de la partitura y el intérprete al que va dirigida. Muy interesante constatar el juego de retos, posibilidades, oportunidades que se generan entre la imaginación del compositor y su deseo de conseguir determinados timbres y efectos, y la respuesta creativa del intérprete.
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