Sí, fui a ver Blade runner 2049. Los libros de P.K. Dick son escuetos y no redundan en detalles. En cambio, las películas que han inspirado muestran una imaginación y un detalle encomiables, y en el caso de «Sueñan los androides con ovejas eléctricas«, ha dado lugar a una saga y una mitomanía nada despreciable en torno a los replicantes y su cazador implacable, Harrison Ford.
Supongo que a mí me atrae lo que casi a todo el mundo, el universo distópico no carente de melancolía, la estética subversiva, la música eléctrica y envolvente. A pesar de la tecnología, la película nos muestra que la humanidad no ha sido capaz de fabricar un mundo sin esclavos, y que el funcionamiento del sistema no depende tanto del orden, de la eficiencia o de la óptima organización, cuanto de la capacidad de la policía para ser implacable.
Para mí, lo más sugerente reside en el juego alrededor de lo que se considera la esencia de lo humano, o dónde acaba la responsabilidad ética frente a los «individuos» que se supone que no son como nosotros, o contra aquellas cosas o naturalezas que supuestamente no son humanas. También sobre las fronteras entre lo que percibimos y lo que consideramos real, y por tanto relevante para vivir, amar u odiar. Realmente no son temas originales, y seguro que han sido tratados con más hondura dialéctica de la que nos muestra la película. Pero el cine aspira a convertirse en una experiencia artística, y por tanto, a rodear de ambigüedad el papel que juega cada actor en la trama o el discurso, y la película acierta en plantearnos incógnitas y preguntas, unos interrogantes que singulariza a la saga de Blade Runner frente a otras series futuristas o de ciencia ficción en las que el ritmo vertiginoso y los efectos especiales no nos permiten indagar ni recorrer con distancia y perspectiva las posibles lecturas e interpretaciones. Lo asombroso de las relaciones entre replicantes y humanos, acaece cuando uno advierte que son precisamente los humanos los que se comportan como máquinas y que las emociones más intensas y las frases más emotivas el guionista las puso en boca de los replicantes.
¡Depués de leer esto tengo ganas de verla!
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ánimo. Un saludo. Ya me dirás qué te pareció.
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Yo igual! Me han entrado ganas de verla!
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