A la violonchelista Sol Gabetta la había escuchado sólo en los dos conciertos que Shostakovich le dedicó a su instrumento. La experiencia, en ambos casos, fue intensa, porque Gabetta es una violonchelista de genio y de gran expresividad corporal. El programa de ayer, acompañada del pianista B. Chamayou, estaba dedicado al primer romanticismo. Me sedujo la sonata de Chopin, que nunca había oído, tocada con calor y pasión, una obra que en absoluto desmerece del resto de la producción a piano solo del compositor polaco.
Deja una respuesta